Como sabemos, las funciones cognitivas son un compendio en el que cabe desde la memoria, hasta el lenguaje, la atención o las funciones ejecutivas. Sin embargo, hay funciones que pasan más desapercibidas, pero no por ello son menos importantes: las gnosias y las praxias están íntimamente relacionadas con nuestro desempeño del día a día y son de suma importancia, aunque cuando se deterioran pueden llevar a engaño y creer que son problemas relacionados con la memoria, por ejemplo o con la planificación.

Pensemos lo siguiente: suena el despertador, son las 7:30h de la mañana, lo primero que tengo que hacer es levantarme de la cama y, para eso, he de ponerme las zapatillas de estar por casa, pero… ¿Qué es eso? ¿Dónde están?

¿Cómo se ponen? todas estas incógnitas se las puede plantear una persona con problemas a nivel gnósico y práxico. En esta ocasión nos centraremos en explicar lo que son las gnosias: se encargan de dar sentido a aquella información que entra por los órganos de los sentidos. En el caso de la vista, mi cerebro dará sentido a la forma, profundidad, color, localización, etc., de esas zapatillas.

¿Qué son las gnosias?

Ahora bien, ¿Las gnosias son solo visuales? Si consideramos que la información puede entrar por cualquier canal sensorial, incluso venir de nuestro interior, la respuesta es obvia: No. Tenemos gnosias auditivas, táctiles, gustativas y olfativas.

Así, cuando alguien nos llama por la espalda, las gnosias auditivas se encargan de dar sentido a ese sonido que estamos escuchando, de localizarlo en el espacio, de identificar el tono con que nos llaman, dotándolo de significado emocional y de identificar la voz como conocida o no conocida. Lo mismo ocurre, por ejemplo, con el pitido que emiten algunos semáforos, destinados a que personas con problemas de visión sepan que pueden cruzar: pueden identificar la intensidad de la señal acústica, para saber si están cerca del semáforo o no, y de dónde viene exactamente ese pitido, para localizarlo en el espacio y saber si están bien colocados para cruzar la carretera. También tenemos gnosias olfativas, pues nos dejamos guiar por este sentido para saber si la comida va estando lista o aun le falta cocción, por ejemplo en el horno, ¿verdad? Las gnosias táctiles nos ayudan a identificar objetos y sus características a través del tacto, es lo que llamamos estereognosia. Así, aun con los ojos cerrados, seremos capaces de saber qué estamos tocando, si esta frio o caliente, si es suave o rugoso, duro o blando, incluso sabremos, por su contorno, de qué se trata, etc.

Cuando alguno de los tipos de gnosia se encuentra deteriorado diremos que el paciente presenta agnosia: al color, a la forma, a la profundidad, al sonido, a las características táctiles (astereognosia), etc.

Implicaciones de la agnosia

Pero, ¿Cuáles son las implicaciones que ello tiene en la vida de una persona por ejemplo con deterioro cognitivo? Si pensamos en alguien con agnosia visual, por ejemplo, esta persona puede que tenga problemas para identificar prendas de ropa, utensilios para comer, el cepillo del pelo o de los dientes, incluso, la puerta para salir de la habitación e ir al baño. No se trata de no ver, se trata de no integrar la información que procede de los sentidos y también del medio interno, pues con los ojos cerrados, posiblemente seriamos capaces de llegar al baño en casa, ¿verdad? por que seríamos capaces de realizar una representación mental del medio. En el caso de una agnosia visual marcada ello es inviable y lo mismo ocurriría con el resto de gnosias.

Existe un síntoma que en ocasiones las personas con deterioro cognitivo o proceso neurodegenerativo presenta. Se trata de la prosopagnosia y está estrechamente ligada a las gnosias. Además, supone un grave problema tanto para la persona que lo padece como para los familiares que conviven con esta persona. Se trata del deterioro en la capacidad para reconocer caras de personas conocidas. Así, no se trata de que esa persona no nos conozca, que haya olvidado quienes somos, si no de que no es capaz de integrar la información que está recibiendo al mirar nuestra cara y enlazarla con el recuerdo que tiene de nosotros. Así, cuando esto ocurre y la prosopagnosia aparece, es habitual que en el momento en que comenzamos a hablar o le decimos nuestro nombre o nos toca o nos huele incluso, sepa quienes somos.

Como vemos, la línea entre deterioro de la memoria y deterioro gnósico es muy estrecho, de ahí, una vez más, la importancia de realizar un buen diagnóstico. Las gnosias son una función cognitiva que pasa desapercibida, pero, como vemos, es de suma importancia a la hora de ser autónomos en nuestro día a día.

Puedes contactar con nosotros:

Al correo :

manava@manava.es

Llamarnos al :

913 11 85 44

Venir a visitarnos!: C. de Isla de La Gomera, 13
posterior, 28039 Madrid.

Otros artículos de interés: