Cuando acudimos al servicio de neurología y nos dan un diagnóstico de deterioro cognitivo para nosotros mismos o un familiar, suele ir acompañado de las palabras “estimulación cognitiva” y es normal que aparezcan dudas, como por ejemplo:

¿Qué es la estimulación cognitiva?

¿Deterioro de qué? ¿estimulación cognitiva? ¿Se puede remediar? ¿tiene cura? ¿a quién tengo que acudir para ello? No son términos que manejemos comúnmente.

Para entender todo ello, primero debemos definir lo que es la estimulación cognitiva, quien la realiza, para quién y en qué circunstancias. No es lo mismo aplicarla en pacientes con DCA (daño cerebral adquirido, como un ictus o un traumatismo) que en pacientes con procesos neurodegenerativos (comúnmente demencias) o en pacientes con problemas de neurodesarrollo (niños, por lo general). La estimulación cognitiva es todo aquello que llevamos a cabo con el objetivo de “poner a trabajar” al cerebro y que pueda desarrollar sus diferentes funciones, las cuales hemos visto en diferentes entradas anteriores.

Así, cuando hablamos de DCA, el objetivo es rehabilitar, es decir, devolver al mejor estado posible a esas funciones cognitivas que se han deteriorado; cuando hablamos de problemas de neurodesarrollo, el objetivo es potenciar esas funciones para que se encuentren en niveles de funcionamiento esperables para la edad del paciente que le permitan desenvolverse en su día a día de la forma más óptima posible (por ejemplo, en el colegio en términos académicos); y, cuando hablamos de procesos neurodegenerativos, el objetivo de la estimulación cognitiva es retrasar al máximo el deterioro de las funciones cognitivas, incluso de compensar con las que menos deterioradas se encuentran aquellas que más lo están. Naturalmente, como en todo, hay excepciones. En cualquiera de los tres escenarios puede haber funciones que no se puedan devolver a estados de normalidad o que no se puedan mantener. En estos casos, se busca compensar, buscar estrategias que suplan esas funciones.

¿Quién ayuda a la rehabilitación cognitiva?

Pero, ¿A quién podemos acudir para realizar una estimulación cognitiva/rehabilitación/compensación? Aunque hay varios profesionales que pueden intervenir y con actividades cotidianas también podemos contribuir a ello, es el neuropsicólogo el encargado de tales funciones. La neuropsicología es la disciplina que aúna los procesos cognitivos, el funcionamiento cerebral, la emoción y la conducta. Es una disciplina que comprende conocimientos tanto de la neurología como de la psicología. A través de una evaluación del estado de las funciones cognitivas y teniendo en cuenta el origen del deterioro de las mismas, se diseña un plan de tratamiento enfocado a conseguir aquello que tanto el profesional, como la persona afectada consideren oportuno y factible.

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