Hoy es el día de la prevención del Cáncer de Piel. Por ello, desde Manava queremos concienciaros de la importancia del cómo cuando se toma el sol. El sol es sano y fuente de vida, pero debemos establecer unos hábitos que nos permitan disfrutar de él y sumar salud.

El melanoma es uno de los tipos de cáncer de piel más frecuentes y se produce cuando las células de pigmentación comienzan a crecer de forma anormal. Tomar el sol de manera inteligente y evitar las lámparas de UVA son una de las claves de la prevención. Existen factores de riesgo que debemos tener en cuenta, pues aumentan las posibilidades de padecer este tipo de cáncer, estos factores son:

 

  • Personas con fototipos bajos, piel clara, ojos claro, pelo rubio o pelirrojo. Que se queman fácilmente y tienen dificultad para broncearse.
  • Presencia de múltiples lunares en el cuerpo
  • Existencia de antecedentes personales o familiares de cáncer de piel.
  • Niños y adolescentes son el principal grupo de riesgo.
  • El efecto de la radiación solar es acumulativo, por ello deben prestar especial atención las personas que durante la infancia o adolescencia han sufrido insolaciones o quemaduras solares repetidas y violentas, propias de las personas que solo se exponen al sol de manera intermitente, por ejemplo durante las vacaciones.
  • Profesionales que realizan actividades al aire libre con exposición solar.

 

Pero tan importante como tener en cuenta los factores de riesgo es incluir en nuestro día a día una rutina de cuidados:

  • Debemos adquirir el bronceado lenta y progresivamente, evitando tomar el sol entre las 12 y 16 horas. Nuestro bronceado nos durará más y no pondremos en riesgo nuestra salud.
  • Cuando realices actividades al aire libre recuerda la importancia de llevar prendas de vestir con capacidad para filtrar los rayos solares. Ten en cuenta que éstos viajan muchos kilómetros, no se van a detener por una simple camiseta.
  • Utilizar los fotoprotectores adecuados según nuestro tipo de piel y las condiciones de exposición al sol.
  • Extender el fotoprotector de manera generosa por todo el cuerpo, renovándolo cada 2 horas, y de manera obligada después de cada baño.

Estos consejos cobran vital importancia en las épocas en las que nos exponemos más al sol, pero hay otros hábitos que debemos seguir todo el año, como es la autoexploración. La mayoría de los melanomas se diagnostican en fases iniciales, cuando aún son curables, por ello una rutina de autoexploración es decisiva. Para la detección de lunares peligrosos existe la regla mnemotecnia internacional del ABCDE que es fácil de entender visualmente:

 

 

 

A. Asimetría de las lesiones o lesiones con formas no redondas u ovaladas
B. Bordes irregulares o con prolongaciones

C. Cambios de coloración

D. Cambios del diámetro de la lesión (aumento de tamaño)

E. Expresión de síntomas: Picor o sangrado de la lesión

 

 

 

 

 

 

Si detectas cualquier anomalía o una lesión de la piel nueva o antigua, en forma de herida que aparece sin traumatismo previo, costra o verruga, que crece y no acaba de curar, o bien un lunar o mancha irregular, negruzca o no, que crece, cambia de forma, pica, sangra o se ulcera… acude a un dermatólogo lo antes posible.

Recuérdalo, cuidarte día a día hoy, mejora tu día a día de mañana.

 

 

 

 

Post escrito por Teresa Lorenzo.