En estas fechas que nos permitimos con más frecuencia los excesos de comida y bebida, queremos recordaros la importancia de una dieta saludable y la necesidad de establecer una rutina de ejercicio semanal para encontrarse mejor y disfrutar más del día a día.

La importancia de la dieta:

Aunque bien es verdad que si gozamos de buena salud podemos permitirnos “lujos gastronómicos”,debemos entender que un capricho o un exceso debe ser algo puntual y no la dinámica normal de nuestra alimentación. El “mañana empiezo a cuidarme” no vale de nada, es mejor decir “hoy empiezo a cuidarme y cuando lleve una semana, si me apetece, me daré un capricho”. Además es importante aprender a ser conscientes de cuando nos excedemos comiendo, y lo que es más importante, detectar el exceso e intentar minimizarlo bajando el nivel de ingesta calórica del día siguiente; es decir si hoy como demás, mañana procuraré tomar alimentos ligeros y beber mucho líquido no azucarado que me ayude a drenar el exceso del día anterior.

Debemos tener muy presente que nuestra comida es también el alimento de nuestro cerebro, y al igual que para el resto del cuerpo si como mal me sentiré mal, si como mal mi cerebro se sentirá mal, es importante entender que de la alimentación el cerebro saca la energía necesaria para trabajar, cuanto peor sea esta peor será el trabajo del cerebro. Si a un coche le ponemos gasolina de mala calidad funcionará peor y dará problemas antes, la comida y nuestro cerebro tienen la misma lógica.

Como hemos dicho la energía que recibe el cerebro proviene de los alimentos consumidos, y a partir de los 40 – 50 años es recomendable una dieta de bajo índice glucémico, con un alto contenido en fibra y proteínas, así como bajo en grasas. Démosle alimentos saludables para mantenerlo sano.

Pero no debemos entender la alimentación sana como un régimen estricto, en el que pasamos hambre y en el que comemos todos los días lo mismo. Una alimentación sana debe de ser variada, suficiente y constante a lo largo del día. Varios estudios neurológicos han determinado que las personas sometidas a regímenes alimenticios estrictos durante un largo periodo de tiempo son más propensas a la distracción y la pérdida de memoria.

Un buen habito que nos puede ayudar a mantener una buena dieta es la planificación del qué como y cuándo lo como. Pues si esperamos a tener hambre para planificarlo vamos a tender a comer alimentos más calóricos y de rápida preparación, nos saciarán pronto pero nuestro cuerpo no podrá aprovechar mucho de ellos .

Algunos consejos que te pueden ayudar a mejorar la calidad de tu dieta son los siguientes:

No pases hambre. En lugar de esperar a tener hambre para comer, come durante todo el día en pequeñas cantidades. Es decir, Desayuna, almuerza, come, merienda y cena. Como es lógico deberás bajar el nivel de consumo en la comida y la cena y distribuirlo con el almuerzo y la merienda. Piensa que si comes de manera constante a lo largo del día tu cuerpo irá gastando la energía que vas consumiendo, pero si en lugar de eso comes pocas veces y mucho, tu cuerpo tenderá un exceso de energía (calorías) que no necesita, por lo que procederá a almacenarla para utilizarlas cuando esta no llegue con la alimentación o por si la siguiente ingesta tarda mucho en llegar.

Bebe mucha agua entre horas. Bebe vasos de agua fría a lo largo de todo el día, esto activará tu metabolismo, es decir lo “despertará” y este trabajará mejor, por lo que tanto la asimilación de sustancias buenas como la eliminación de sustancias de deshecho serán más efectivas. Un buen hábito es llevar siempre encima una botella de agua de pequeño tamaño. Aunque debes procurar no rellenar botellas de plástico muchas veces o las que pongan claramente que no se debe hacer en la etiqueta, actualmente existen botellines y botellas ligeras y hechas con materiales que permiten la reutilización.

 

Alimentos frescos. Siempre que puedas consume alimentos frescos. Evita los precocinados y la comida rápida de mala calidad. Llena tu nevera de frutas y verduras frescas y consúmelas sin cocinar, tu cuerpo te lo agradecerá. Utiliza el congelador, es un buen amigo en la alimentación y últimamente se ha avanzado mucho en las técnicas de congelado, alimentos como el pescado son congelados muy rápidamente y la perdida de nutrientes se ve muy minimizada, aprovecha para tener siempre cosas ricas y de buena calidad,  que te sacarán de más de un apuro y te ayudarán a ahorrar.

 

Desayuna bien, almuerza, come, merienda y cena. Aprovecha el desayuno para llenar tu cuerpo de vitaminas y proteínas, evita la bollería de mala calidad que te aportará muchas calorías y con la que tendrás hambre rápidamente. Almuerza poco pero sano, tómatelo como un capricho o un pinchito antes de comer. Come variado procura distribuir en las comidas de la semana la variedad que tu cuerpo necesita. Merienda un tentempié que te ayude a terminar el día con energía y cena pronto y cosas de fácil digestión, a esas horas a nadie le apetece trabajar y a tu cuerpo tampoco, piensa que el día está a punto de terminar y no necesitas demasiada energía ni hacer trabajar en exceso a tu cuerpo, necesitas que descanse y que este descanso sea reparador para estar en plena forma al día siguiente.

 

Si tu alimentación es equilibrada la mayor parte del tiempo, puedes darte algún capricho cuando te apetezca. Si sales a comer con amigos no te pongas restricciones, disfruta del momento y utiliza el día a día para comer sano y poder disfrutar de los momentos puntuales.

 

Todos queremos estar sanos, y cuando empezamos un nuevo deporte o un nuevo habito nos informamos de cual y cuales son las mejores condiciones para que sea lo más beneficioso posible para nuestro organismo, no olvides que la alimentación es algo que está presente en tu día a día varias veces al día, por qué dejar pasar algo tan importante y que influye tanto en nuestra salud. No lo dudes, empieza hoy a cuidar tu alimentación, empieza hoy a cuidarte.

Además de la alimentación completa tu rutina de salud con ejercicio, no tienes que meterte en un gimnasio ni dedicarle horas simplemente pasea, deja el ascensor, bájate un a parada antes en el metro, evita el supermercado y compra en las tiendas de barrio que te ayudará a moverte más y encontrar mejor calidad de los productos. Si combinas los buenos hábitos alimenticios con una buena rutina en la que te muevas y estés activo, tu cuerpo se sentirá mejor y tu lo notarás.

Así que recuerda, un plato saludable debe contener una gran ración de verduras, cereales como el pan y el arroz (preferiblemente integrales por su aporte de fibra), proteínas sanas como los frutos secos o legumbres y una ración de frutas, además no olvides cocinarlo todo con aceites saludables como el aceite de oliva, y no olvides beber mucho agua durante el día.

Esta es la pirámide alimenticia propuesta por la Universidad de Medicina de Harvard, dónde podemos observar que una buena alimentación es fundamental, pero se sustenta también de una rutina de ejercicios.

 

No lo olvides, comer bien es vivir bien, ¡suma salud con tu dieta!

 

 

 

 

 

 

 

 

Post escrito por Teresa Lorenzo.